La Universidad Continental es una institución privada con 23 años de historia que nació en la ciudad de Huancayo, para posteriormente expandirse a Lima, Arequipa y Cuzco. Sus cerca de 50,000 estudiantes se distribuyen en las diferentes modalidades de acuerdo con sus preferencias —presencial, semipresencial y a distancia— y entre sus diferentes programas: pregrado, posgrado, centro de idiomas, cursos de especialización y el Instituto Continental, para carreras técnicas.
En los últimos años, la institución ha puesto un énfasis particular en conseguir un impacto positivo a partir de las actividades, acciones y proyectos en los que trabaja, siempre en sintonía con la transformación digital y los Objetivos para el Desarrollo Sostenible, sobre todo en materia de igualdad de género y de trabajo en poblaciones vulnerables.
“La misión de la Universidad Continental está cambiando de una institución que brinda servicios a estudiantes y docentes a otra que sirva cada vez más a las personas de su comunidad. Esa es nuestra aspiración”, relata sobre los desafíos cambiantes de la Universidad Continental Cecilia Justino, directora del Hub de Información y del Hub Editorial.
Los cambios se han vuelto parte del ADN de la institución, que se piensa a sí misma en constante evolución y en proceso de transformación. “Hay una tendencia a la innovación y a la mejora continua; nuestros procedimientos están constantemente en revisión” , cuenta por su parte Roberto Sotomayor, coordinador de la parte de investigación.
Se trata de un impulso intencional que fluye desde arriba hacia abajo en la institución y que, así como busca la innovación, también sabe de los procesos de prueba y error. En ese proceso de buscar y experimentar con productos y servicios que puedan servir tanto al estudiante como al docente es que llegó Turnitin a la Universidad Continental.
La herramienta llegó en un momento clave para los desafíos que enfrentaba entonces la institución, y los que vendrían después pero aún no conocían, como la pandemia de COVID-19. El primero, de carácter global, tiene que ver con la competitividad que existe actualmente en el sector educativo, como consecuencia de la gran cantidad de instituciones que existen y la variada oferta de programas que hay disponibles en todo el mundo. Relacionado con el anterior y también con las medidas al respecto del COVID-19 es que, en la actualidad, se puede estudiar desde cualquier lugar del mundo, y ante eso, es crucial mantenerse actualizado.
En ese contexto se presenta el segundo desafío: así como la universidad transformó todos sus servicios a la virtualidad en marzo del 2020, ahora se prepara para ofrecer distintas modalidades desde marzo de 2022. “La universidad está enfrentando esos retos; trabajando justamente para poder encontrar una forma de mantenerse vigente, y de ofrecer siempre un valor agregado a sus estudiantes”, agrega Cecilia Justino.
Pero fue en el año 2016 cuando la universidad comenzó a buscar nuevas herramientas para ofrecer otros servicios a medida que crecía su matrícula. En el ámbito educativo se estaba comenzando a hablar con más fuerza del tema de la originalidad; además, el mismo Estado también estaba creando pautas y normativas para regular la forma en la que las universidades presentaban las tesis. Todo eso hizo que la Universidad Continental mirara Turnitin Feedback Studio.
Desde su implementación, el problema de la integridad académica se ha visibilizado, tanto en el campo de la investigación como en otros niveles educativos. Así, se empezó a trabajar con valores como los derechos de autor, la importancia de la citación o de la referencia y, en general, de la propiedad intelectual.
“Turnitin nos ayudó a generar otros medios y otras circunstancias en las que trabajar el tema de integridad académica, no necesariamente de forma explícita sino también de forma implícita. Y a reforzar estos comportamientos en los estudiantes y en los docentes por igual”, explica Sotomayor.
Desde entonces, el impacto ha sido inmenso: después de dar sus primeros pasos en el área de investigación y la elaboración de las tesis, su uso se ha ampliado hasta una lista de asignaturas, muchas de las cuales le han encontrado un uso hasta ese momento impensado, como matemáticas, neurociencias o derecho.
No sólo los estudiantes han asimilado los valores con los que trabaja Turnitin, evitando con cada vez mayor naturalidad las malas prácticas académicas, sino que han incorporado los buenos hábitos que vienen con su uso. Por el lado de los profesores el cambio no es menor: al ahorro del tiempo generado por Feedback Studio se le ha sumado ahora Turnitin Draft Coach, una herramienta en la que los estudiantes al crear su trabajo pueden obtener datos que les apoyen a citar correctamente y retroalimentación automatizada, así como un reporte de similitud antes de entregar su texto al docente.
“Lo que más me gusta de la herramienta es la evolución y cómo se ha ido adaptando a los nuevos contextos: Turnitin ha ido perfeccionando su forma y su estructura de trabajo”, agrega por su lado Juan Carlos Quispe, Coordinador de Tecnologías y Sistemas de Información.
Universidad Continental
Huancayo, Perú