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Más allá del papel: Tres beneficios de digitalizar la evaluación y la retroalimentación

Audrey Campbell
Audrey Campbell

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Los avances en tecnología educativa que se han experimentado durante los últimos 200 años ilustran cómo dos factores: innovación y necesidad, han influido la experiencia en el aula, tanto para estudiantes como para docentes.

Si hacemos una retrospectiva, en 1806 los estudiantes de Norte América practicaban la escritura con una de las primeras tecnologías educativas de la historia: los areneros de escritorio, ya que “era la tecnología más accesible económicamente de la época” (Gutek, 1986, p.62). Poco tiempo después se introdujeron las pizarras individuales, seguidas del pizarrón de aula; invento adjudicado a James Pillans, Jefe de departamento y profesor de Geografía en la Old High School de Edimburgo, Escocia, quien dio inicio al uso de la primera pizarra moderna cuando colgó una gran pieza de pizarra en la pared del salón. Sin embargo, como Shade (2001) explica: “el pizarrón fue inutilizado por muchos años hasta que los profesores se dieron cuenta de que podía servir para enseñar a todo el grupo. En ese momento, los docentes tuvieron que cambiar su forma de pensar la enseñanza desde un pizarrón individual a un pizarrón de aula”. (p.2).

Fue en la década de 1900 cuando algunas escuelas de Europa y Estados Unidos introdujeron y masificaron el uso de las máquinas de escribir (1930) y las calculadoras (1970). Las escuelas australianas introdujeron las computadoras en las aulas a comienzos de 1970, “como resultado de la exposición de algunos profesores a la informática durante sus estudios universitarios”. En la década de los 80, en tanto, las aulas de Inglaterra le dieron la bienvenida a Proton, el microordenador de la BBC fabricado por Acorn Computers de Cambridge, lo que marcó un precedente para que finalmente 10 años después muchos estudiantes y profesores tuvieran su primer acceso a Internet en los 90.

Todos estos avances tecnológicos promovieron nuevas formas de aprendizaje, pero también trajeron consigo distintos obstáculos. La máquina de escribir y la calculadora, adoptadas por la industria, se convirtieron en una herramienta adicional para lograr un aprendizaje más rápido, al mismo tiempo que se transformaron en un nuevo desafío para evitar malas prácticas dentro del aula. Internet, por su parte, aunque acercó los recursos y fuentes de investigación a los estudiantes, generó problemas para garantizar la integridad académica, reto que se presenta desde la histórica introducción de la tecnología educativa en el salón de clases, pero que ahora se evidencia en mayor escala.

Hoy en día, para algunos, el uso ocasional de tecnología educativa es suficiente, manejable y quizás, económico. Para otros, en cambio, es un elemento necesario para sus actividades diarias. Hasta el 2020, la mayoría de los educadores del mundo podían acercarse y experimentar con la tecnología según su comodidad y voluntad. De pronto, la pandemia forzó a estudiantes y profesores a conectarse a internet sin un periodo de adaptación y con bastantes dificultades. Esto trajo un cambio inmediato en la forma de pensar y en los planes de estudio, al tener que tomar en cuenta la necesidad de aprender nuevos sistemas y desempeñarse en nuevos entornos.

Sin embargo, también surgió una oportunidad: la posibilidad de cruzar nuevos puentes y conocer las nuevas necesidades de un aula global en línea. “tenemos una oportunidad única para repensar el rol de los profesores, no solo lo que la tecnología puede hacer por ellos y sus estudiantes”, compartieron Tracy Wilichowski y Cristobal Cobo. “La Tecnología es simplemente una herramienta, pero sin una integración apropiada no resultará en aprendizaje efectivo”, agregaron.

En Turnitin, estamos conscientes de la oportunidad de integrar la tecnología en el aula de forma significativa, proporcionando a los instructores las herramientas necesarias para garantizar la evaluación con integridad y asegurar una medición precisa del desempeño de los estudiantes. Digitalizar el flujo de trabajo de los estudiantes, implica entonces, crear un espacio donde alumnos y profesores puedan experimentar el aprendizaje con ayuda de tecnología educativa. Desde el inicio del curso hasta el examen final, casi todos los proyectos y retroalimentación pueden ser documentados, recopilados y organizados en un espacio digital.

Pero, ¿cómo y por qué, exactamente, el educador moderno va más allá del papel? Al igual que con la llegada del pizarrón o de las computadoras, hay muchas ventajas reales de adoptar este cambio. A continuación explicamos los tres beneficios claves de digitalizar la evaluación y la retroalimentación:

Proporcionar retroalimentación consistente y formativa a escala. Con los trabajos, tareas y proyectos de los estudiantes organizados en un espacio digital, no solo se puede personalizar y facilitar la retroalimentación, también se puede consolidar el tiempo utilizado corrigiendo y calificando incluso cuando se trata de grupos numerosos.

Con Turnitin Feedback Studio, por ejemplo, los educadores tienen acceso a útiles funciones de retroalimentación como las QuickMarks (comentarios reutilizables), comentarios de voz y texto y revisión de gramática, ofreciendo una retroalimentación personalizada y formativa antes de la evaluación final. Los profesores también pueden consultar los QuickMarks más utilizados, lo que puede servir para saber qué ajustar o qué contenido repasar y así ayudarlos a individualizar el apoyo para los estudiantes que están aprendiendo a redactar. Además, con este tipo de flujo de trabajo digital no hay papeles perdidos: los profesores tienen todas las tareas de los estudiantes en un solo lugar y un registro de la retroalimentación ofrecida durante un semestre o periodo.

Draft Coach, por su parte, es un complemento actualmente disponible para Google Docs Microsoft Word que proporciona a los estudiantes retroalimentación en cuanto a gramática, similitud y referencias a medida que redactan, lo que les permite hacer revisiones de su trabajo antes de enviar el documento a la revisión final. De esta manera, los docentes tienen menos problemas para revisar, porque los estudiantes entregan sus borradores previamente corregidos usando Draft Coach. Gradescope, en tanto, permite a los educadores crear, administrar con eficiencia y calificar con consistencia las tareas y exámenes para todas las materias. Con solo un clic, los profesores pueden enviar las calificaciones a todos estudiantes, exportarlas en su propia boleta de calificaciones, y analizar las estadísticas pregunta por pregunta y por rúbrica para entender la eficacia de la prueba.

Agilizar la experiencia del estudiante y del educador. Si todo está en línea, los profesores tienen la ventaja de agilizar la experiencia del estudiante desde el primer día. Muchos Sistemas de Gestión del Aprendizaje (LMS por sus siglas en inglés) como Moodle o Canvas, incluyen paneles de control personalizables que permiten a los profesores controlar cómo los estudiantes interactúan con sus tareas, exámenes y calificaciones. De hecho, muchos LMS, incluyendo Moodle y Canvas- se integran con Turnitin, lo que permite un acceso perfecto a las herramientas del software, facilitando aún más la enseñanza y aprendizaje en un entorno digital.

En Turnitin Feedback Studio, los profesores pueden cargar su lista, organizar a sus estudiantes por clase, y asignar proyectos con rúbricas, todo desde su propio panel de control. Tanto Feedback Studio como Gradescope ofrecen apoyo para todos los tipos de evaluación (por ejemplo, opción múltiple, preguntas cortas y largas, verdadero o falso), en todas las materias (idiomas, artes, literatura, ciencias, programación, ingeniería, biología). También hay un Panel de Analítica del Aprendizaje dentro de la bandeja de entrada de la herramienta externa (LTI), donde los profesores pueden obtener información de valor sobre cómo los estudiantes procesan la retroalimentación. La digitalización del flujo de trabajo de los estudiantes disminuye el uso de una gran cantidad de papel, de modo que todo el contenido se encuentra en un espacio organizado y fácil de utilizar.

Asegurar la integridad académica y prevenir sesgos involuntarios. Digitalizar el flujo de trabajo de los estudiantes ofrece la oportunidad de adoptar procesos de aprendizaje personalizados y eficientes. Sin embargo, si estos elementos no van acompañados de prácticas de integridad académica proactivas y bien pensadas, el flujo de trabajo digital puede fallar a la hora de ser realmente integral. Los recursos tecnológicos pueden enriquecer la integridad, pero también pueden ser una tentación o ser el medio para cometer faltas académicas que pueden socavar el aprendizaje y la reputación de un estudiante o institución. Aprender y trabajar en entornos híbridos o remotos exige un compromiso profundo con la integridad académica que requiere que los estudiantes y profesores estén informados y conozcan las buenas prácticas académicas para asegurar la creación de trabajos originales y de alta calidad.

Turnitin Feedback Studio con Originality es un elemento fundamental para el flujo de trabajo digital de un estudiante porque combina el poder de la retroalimentación formativa con la revisión de similitud y el análisis de datos del desempeño estudiantil. Los profesores obtienen información clave de todas las materias y cursos, lo que les permite entender a sus estudiantes y tomar decisiones acertadas, ya sea una conversación con un estudiante por una citación incorrecta o el repaso de los conceptos de parafraseo e integridad. El reporte de similitud se obtiene al comparar los trabajos de los estudiantes con la amplia colección de material académico y de internet con que cuenta Turnitin, con la finalidad de comprobar si existen coincidencias de texto. El panel de alertas ofrece a los maestros una vista general de cualquier señal de falta académica encontrada en el trabajo, incluyendo similitud, manipulación de texto, texto escondido o reemplazo de caracteres.

El elemento más significativo del flujo de trabajo con integridad es la oportunidad de habilitar caminos para la revisión interna y la estandarización de procedimientos, ya sea escalando casos para una futura investigación o asegurando que se apliquen las mismas rúbricas en todo el equipo de calificadores, desde los profesores hasta los asistentes de calificación. Eliminar el sesgo involuntario en el proceso de calificación es esencial para garantizar una evaluación con integridad desde el lado del educador, por eso Feedback Studio y Gradescope incluyen opciones de calificación anónima y rúbricas dinámicas.

En resumen: Las evaluaciones con integridad y el flujo de trabajo digital se ven facilitados con el uso de las soluciones de Turnitin, como Feedback Studio, Originality, Draft Coach y Gradescope. Estas herramientas ayudan a proporcionar a los educadores todo lo que necesitan para diseñar tareas alineadas con las rúbricas, ofrecer retroalimentación personalizada y formativa, calificar consistente y efectivamente, y usar analítica de aprendizaje detallada para mejorar procesos y el diseño de tareas y exámenes.

Y aunque digitalizar completamente el flujo de trabajo de los estudiantes se siente todavía como algo nuevo, quizás hasta abrumador, muy pronto se sentirá tan normal y accesible como el pizarrón. Si bien las nuevas herramientas y avances tecnológicos suponen, por un lado, un cambio para los educadores, quienes deben aprender nuevos sistemas y procesos, pueden también ofrecer, por otro lado, un entorno de aprendizaje optimizado, eficiente y justo.